Sí, estáis leyendo bien, y para todos aquellos que no lo
sepáis, el título efectivamente es el nombre original de la receta.
Es un plato típico de la gastronomía sueca. Se puede hacer con anchoas o con arenques, y
el corte de las patatas, hay quien las hace a rodajas muy finas, o bastoncillos
que van del tamaño de una cerilla a bastones como los que yo he hecho. También
hay quien le añade leche además de la nata (dependiendo de si gusta un
poco más o menos líquido); lo mismo que, hay quien le añade pan rallado y otros
no.
Sea como sea, os aseguro que con cualquier versión, éste es
un plato estupendo. Y aquí os dejo la preparación que yo he hecho.
Ingredientes
8 patatas medianas cortadas en bastones groseramente
2 cebollas (o cebolla frita deshidratada al gusto)
16 o 20 filetes de anchoas en aceite (yo he puesto caseras, pero podéis poner de
lata, y cantidad según creáis conveniente)
250 ml de nata líquida (he optado por no ponerle leche, ya que no lo quería muy
líquido)
100g de pan rallado
2 cucharadas de mantequilla en trocitos
Aceite o mantequilla para engrasar (podéis usar el mismo
aceite de las anchoas)
Sal
Pimienta
Elaboración
Precalentar el horno a 220º C.
Pelar las patatas y cortarlas en bastoncitos.
Dejarlas un rato en
un bol con agua fría para que suelten el almidón.
Transcurrido ese tiempo, retirar las patatas del bol y
secarlas bien.
Sacar los filetes de anchoa de la lata o quitar las raspas a
las caseras, dejarlas escurrir y
partirlas por la mitad según el tamaño que tengan. Reservar el aceite de la lata ó 3 cucharadas
del aceite de la preparación de las caseras.
Engrasar una fuente refractaria con aceite o mantequilla y
poner la mitad de las patatas.
Cubrirlas con la mitad de la cebolla. Si utilizáis cebollas frescas, pelarlas y cortarlas previamente en
rodajas finas, también podéis pocharlas
un poco con mantequilla y aunque no es necesario, el sabor lo mejorará bastante. (Aunque a estas alturas y conociendo mi
obsesión por la cebolla frita deshidratada, supongo que ya sabréis que he
utilizado ésta).
Repartir la mitad de los filetes de anchoa por encima.
Disponer el resto de las patatas, cebollas y anchoas,
creando otra capa.
Salpimentar pero tener cuidado con la cantidad de sal porque
las anchoas por sí solas, ya son bastante saladas.
Verter el aceite de las anchoas (si utilizáis de lata, ese mismo, y si ponéis y la mitad de la nata por encima. Esparcir el pan rallado y la mantequilla (yo
he utilizado pan rallado japonés
“Panko” ya que adoro la textura
que adquiere una vez gratinado).
Hornear por espacio de 50 a 60 minutos, echando el resto de
la nata hacia la mitad de la cocción.
Nota y
sugerencia.- Podéis cubrir la fuente con papel de aluminio si
vierais que se os tuesta demasiado
pronto y descubrirla unos minutos antes de terminar.
Mi consejo es que si utilizáis cebolla frita deshidratada,
no le agreguéis el aceite, ya que ella misma suelta el aceite que lleva una vez
que se cocina.
Que lo disfrutéis.










