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lunes, 27 de septiembre de 2010

KLEFTICO




Y por si os preguntáis que es el Kleftiko, os diré que es una receta de la gastronomía griega a base de cordero.
Su nombre significa “cordero robado” y según cuenta la leyenda proviene del robo que hizo un ladrón de un cordero que pastaba en la ladera de una colina y que cocinó en un agujero en la tierra cubierto con piedras y barro durante muchas horas, lo cual le permitía ir a hacer sus fechorías y tener la comida preparada a su vuelta.


Hoy en día está técnica se ha modificado para poder hacerlo en los hornos caseros, bien en papillote o cubierto con una masa de harina y agua para emular la cocción en tierra y que se cocine lenta y al vapor con todos sus jugos, logrando de ese modo unos aromas y sabores incomparables y consiguiendo una carne totalmente tierna.


Y con esta receta participo en el 1º Concurso Internacional Gastronómico organizado por Apicius de La Cocina Paso a Paso y los patrocinadores siguientes:

Pincha en sus nombres y te llevarán a su página web
San Ignacio
El Taller de las Tradiciones
Oh! Menaje
La cocina de Plágaro
Servisem Gastronomía
Cofradía del Cocido Vitoriano




Ingredientes para dos personas
4 Filetes de pierna de cordero con el hueso
2 Cucharadas de aceite de oliva
1 Cebolla grande cortada en juliana
2 Hojas de laurel
1 Vaso de vino blanco seco
Salsa de menta (ver nota personal). Podéis hacerla casera o poner de las que venden preparadas.
Sal
Pimienta
250 grs. De harina
150 ml. De agua

Salsa de menta (cantidades al gusto)
Menta fresca picada o triturada (también podéis utilizar seca, pero quedará mejor con fresca, yo he puesto una cucharada de menta triturada)
Vinagre (he puesto de manzana)
Azúcar
Agua


Elaboración
De la salsa de menta
Poner a hervir el agua, hacer una infusión con la menta y añadir el azúcar y el vinagre.
Ir probando hasta conseguir el sabor deseado, ya que hay personas a las que les gusta la salsa con un sabor más fuerte de vinagre que a otras.
Dejar enfriar.



Del Cordero
Salpimentar los filetes, pincelarlos con la salsa de menta y dejarlos macerar en el frigorífico durante toda la noche anterior, de no ser posible dejarlo como mínimo cuatro horas.

Precalentar el horno a 230º C.

Secar bien los filetes de cordero con papel absorbente de cocina y disponerlos en una fuente de barro.

Cortar la cebolla en juliana y esparcirla junto con las hojas de laurel sobre los filetes.
Y seguidamente regar con el vino blanco y la marinada de menta.

Mezclar la harina con el agua hasta formar una masa elástica. Estirarla sobre una superficie enharinada.
Humedecer los bordes de la fuente y cubrirla con la masa.

Meter en el horno, bajar la temperatura a 160º C y hornear durante 90 minutos aproximadamente.

Romper la corteza y servir. Se puede acompañar al gusto, con arroz blanco, con patatas hervidas, asadas o bien con una ensalada como nosotros.


Está receta está tomada del libro “Cocina Griega. Viaje culinario por el Mediterráneo oriental. De Joanna Farrow y Jacqueline Clark.


Nota personal
En la receta original lleva orégano y zumo de limón, pero pensé en cambiarlo por la salsa de menta, ya que es una de las hierbas aromáticas que mejor combina con el cordero para mi gusto.

Sugerencias
Esta masa queda completamente dura y casi incomible, por lo que sugiero que podría hacerse con una masa básica de pan con levadura, para que al quedar más esponjosa con el horneado y cocinada con todo ese contraste de aromas, se pueda acompañar y disfrutar doblemente de este plato tan delicioso.


miércoles, 22 de septiembre de 2010

POLLO A LA CIRCASIANA




Apurando los últimos días de calor y aprovechando que todavía apetece tomar comidas fresquitas, he preparado este pollo a la Circasiana, es un plato de origen turco y muy popular en Oriente Próximo.
En esta receta el pollo se escalfa (proceso mediante el cual el pollo se sumerge en el caldo, se calienta y se va cocinando pero sin alcanzar nunca el punto de ebullición) y se sirve frío, aderezado con una salsa de nueces.


Ingredientes para dos personas
3 Pechugas de pollo
1 Cebolla en cuartos
1 Zanahoria en rodajas
1 Tallo de apio (quitar las hebras y cortarlo en rodajas)
4 Granos de pimienta negra
2 Rebanadas de pan sin la corteza
1 Diente de ajo picado
200 grs. De nueces picadas
Aceite de nueces
Sal y pimienta negra molida
Nueces picadas para el adorno
Pimentón para el adorno


Elaboración
Poner el pollo en una cazuela grande junto con la cebolla, la zanahoria, el apio y los granos de pimienta.
Cubrir con agua, calentar y antes de que alcance el punto de ebullición reducir el fuego y dejar cocinando durante
1 hora sin tapar o hasta que el pollo esté tierno.
Dejar enfriar en el mismo caldo, escurrir el pollo y reservar el caldo.

Poner el pan en un recipiente con 6 cucharadas del caldo y remojar. Añadir el ajo, las nueces y un vaso de caldo más y triturar hasta conseguir una mezcla homogénea.

Verter la mezcla en un cazo y calentar a fuego bajo, ir añadiendo más caldo a la salsa, sin dejar de remover, hasta que adquiera una consistencia líquida pero con cuerpo.
Salpimentar y retirar del fuego. Dejar enfriar en el mismo cazo.

Trocear las pechugas, ponerlas en un plato o una fuente y cubrir con la salsa.
Esparcir unas cuantas nueces tostadas con un poco de aceite por encima.
Espolvorear con pimentón y regar con el aceite de nueces.


Esta receta está tomada del libro “Cocina Griega” Viaje culinario por el Mediterráneo oriental de Joanna Farrow y Jacqueline Clarck.


Nota personal
La receta indica 1 pollo, si utilizáis pechugas como yo he hecho, desmenuzarlas bien o por el contrario os resultarán un poco secas como a nosotros. Supongo que con los cuartos traseros del pollo siempre quedará más tierno.


Sugerencias
Creo que este plato se podría hacer con pollo asado, logrando así un sabor más intenso y especiado.
La salsa podría mejorar si se dorase con un poco de aceite las nueces y el ajo, en lugar de ponerlo en crudo, ya que de este modo quedaría mucho más perfumada.