Los caracoles… esos moluscos tan apreciados por algunos y
tan repudiados por otros; como podréis
comprobar éste no es nuestro caso, en casa y desde pequeña siempre nos
peleábamos por ellos; quien disfrute comiéndolos sabrá de eso. Ahora bien, nada mejor para ello, que
consumirlos una vez hayamos realizado los tres pasos que conllevan: "la purga,
la limpieza y el engaño" (a no ser que los adquiráis ya listos para cocinarlos). Y a pesar de
saber que la diferencia en el sabor es
abismal, la falta de ellos y las ansias
por comerlos, no me han dejado opción (estos estaban ya pre-cocidos y listos
para el uso).
Ya puesta y en lugar de extenderme en las explicaciones de
estos pasos, puesto que la mayoría ya sabrá o tendrá su propio método; para
todos aquellos que no lo sepan, mejor os dejo un enlace que es muy interesante
y que además de explicarlos tiene mucha más información sobre ellos; no dejéis de verlo: http://www.recetasdecaracoles.com/preparacion_de_los_caracoles.html
Ahora, paso ya a
poneros mi receta de hoy, la cual me llamó la atención por uno de sus
ingredientes: “el anís”, y que creí que sería interesante.
Está sacada de una colección de fichas que compré por etapas
y al principio de estar casada, hace ya… la tira de tiempo, nada menos que 34
años.
Estas fichas y el libro “1080 recetas de cocina, de Simone
Ortega”, fueron mi primera adquisición y que me acercaron a este mundillo de la
cocina, aparte naturalmente, de las manos de mi abuela y de mi madre, y que os
voy a decir, para mí, las mejores del
mundo.
Ingredientes:
1 Conejo
Caracoles cocidos
(cantidad al gusto)
250g de cebolla picada
250g de tomate pelados y picados
2 decilitros de aceite
1 cucharada de harina
1 ramillete de hierbas: laurel, tomillo, orégano, piel de
naranja seca, 1 trozo de canela
1 diente de ajo
12 almendras tostadas
15 piñones pelados
1 vasito de vino blanco rancio seco
1 copita de anís seco
1 sequillo (yo he
puesto 1 rodaja de pan que he frito)
Unas hebras de azafrán
Perejil
Pimienta molida
Guindilla o pimienta de cayena (si queréis darle un poco de
vidilla al plato)
Sal
Caldo o agua
Elaboración:
Limpiar el conejo y cortarlo en trozos (dejar el hígado
entero); salpimentarlos, pasarlos por
harina y freírlos en el aceite caliente.
Cuando el conejo empiece a tomar color, añadir la cebolla y el ramillete de hierbas; cuando la cebolla empiece a dorarse, incorporar el tomate y dejar freír removiendo.
Echar el vino y el anís, dejar que se reduzca en parte; cubrir con el caldo o agua caliente, tapar y
dejar cocer.
A los 20 minutos añadir la picada; machacar en el mortero el azafrán, el ajo
pelado, los piñones, las almendras, el perejil y el sequillo o pan frito. Añadir el hígado del conejo frito y reducir
todo ello a una pasta finísima, que se disolverá con un poco del caldo del
conejo.
Verter la picada en la cazuela y añadir los caracoles bien
escurridos; rectificar la sazón y dejar
cocer 15 minutos más.
Y ya lo tenéis listo para servir.



