
Whole Kitchen en su Propuesta Salada para el mes de Marzo nos invita a preparar Un clásico de la gastronomía francesa. Quiche
Y mi aportación es una Quiche de gorgonzola con pechugas de pollo y huevos de codorniz. Mmm... ¡Rico…rico!

Ingredientes
Para la masa quebrada
250 grs. De harina (he puesto de espelta)
125 grs. De mantequilla ablandada y a dados
1 Pellizco de sal
1 Huevo
1 Chorrito de leche

Para la quiche
2 Pechugas de pollo cortadas en taquitos
2 Docenas de huevos de codorniz
Tomillo
Sal
Pimienta
Aceite
350 grs. De nata para cocinar
100 grs. De queso gorgonzola
3 Huevos y una yema

Con estas cantidades he podido hacer un molde de 22cm y una tartaleta. Y con el relleno restante cuatro moldes pequeñitos.

Elaboración
Poner en un bol la harina tamizada con la sal, agregar la mantequilla y con las yemas de los dedos deshacer la mantequilla e ir mezclándola con la harina, hasta que adquiera consistencia de miguitas, añadir el huevo y la leche, mezclar bien pero sin amasar (no trabajarla demasiado); formar una bola, cubrirla con papel film o con una bolsita de plástico y dejarla reposar en el frigorífico por espacio de media hora.
Transcurrido el tiempo, estirar la masa y darle la forma del molde elegido, ponerle por encima papel de horno y un poco de peso (en mi caso he puesto alubias secas).
Meter en el horno precalentado a 190º C durante 15 minutos. Bajar la temperatura a 170º C. Retirar el peso y el papel y seguir horneando otros cinco minutos más.
Mientras se hornea preparar el relleno.
Salpimentar las pechugas y espolvorearlas con el tomillo.
Saltearlas en aceite bien caliente y a fuego fuerte hasta que adquieran un color blanco, (pero sin cocinar demasiado porque terminaran de cocerse en el horno).
Batir el queso con los huevos, la yema y la nata.
Verter la preparación en el molde de la masa quebrada, añadirle la carne y distribuir por encima los huevos de codorniz cocidos previamente.
Meter de nuevo en el horno y hornear hasta que esté cuajado (mi horno a necesitado unos 25 minutos a 180º C).
Servir y degustar, aunque también resulta deliciosa fría.







